Neil es un pequeño renacuajo que vive en un aljibe ante casa. Está preocupado porque tiene que aprender todas las cosas que hacen las ranas. Con la ayuda del público y su afán, consigue superar rápidamente este reto. Se encuentra feliz de ver que con práctica y perseverancia puede conseguir sus objetivos, y empieza a soñar con volar.
Descripción:
Cuando era pequeña, vivía ante una granja donde siempre iba a jugar. Me gustaba ver los animales y darles de comer, pero donde más me gustaba era el aljibe, donde jugaba con el agua y observaba los animalitos.
Un día, al volver de la escuela, me acerqué al aljibe y apareció un renacuajo. Era Neil, desde entonces, pasamos las tardes jugando juntos, al escondite, al pilla pilla, a hacer carotas bajo el agua… Nos hicimos muy amigos. El tiempo pasó.
Neil empezó a transformarse en rana. Estaba triste porque perdía las habilidades de renacuajo y preocupado por tener que aprender todo aquello que hacen las adultas ranas. Pero, con la ayuda del público y la práctica constante, aprendió a saltar, nadar y cantar como las otras ranas. Neil estaba tan contento de ver como con la práctica podía conseguir todo lo que se proponía.
Un día, se le metió en la cabeza nadar por el cielo, estaba decidido a aprender a volar y a explorar nuevos horizontes en el aire, desafiando sus propias limitaciones como rana.
Este es un cuento que nos recuerda que con práctica y perseverancia podemos conseguir nuestros sueños más increíbles.
Objetivos:
– Fomentar la importancia de la perseverancia y la determinación en la consecución de los sueños, utilizando el ejemplo de la rana que quería volar para mostrar a los niños que, con esfuerzo y constancia, pueden conseguir cualquier objetivo que se propongan.
– Promover el valor de la creatividad y la superación, puesto que la rana tiene que buscar soluciones alternativas para aprender a volar, demostrando a los niños que hay más de una manera de conseguir sus sueños.
– Incentivar la curiosidad y el espíritu de aprendizaje, puesto que la rana tiene que investigar y experimentar con diferentes técnicas para intentar volar, animando a los niños a explorar nuevos caminos y no tener miedo de aprender de sus experiencias.
– Promover el respeto y la aceptación de las diferencias y las habilidades únicas de cada individuo, puesto que la rana tendrá que comprender que su naturaleza como rana es igualmente valiosa e importante, a pesar de que desee volar.
– Reforzar la importancia de la amistad y el apoyo mutuo, puesto que la rana cuenta con la ayuda del público y de los pájaros, destacando que los amigos pueden ser fuentes de inspiración y apoyo de nuestros sueños.
– Promover la confianza en un mismo y la capacidad de superar las opiniones negativas o los obstáculos que los otros puedan poner. Enfrentándose a las dudas y a las críticas de las otras ranas, la rana protagonista demuestra que, con una mentalidad positiva y determinación, se puede conseguir aquello que parezca imposible.
– Fomentar el respeto y la tolerancia hacia las ideas y sueños de los otros. Mediante la experiencia de la rana que quería volar, los niños pueden aprender a escuchar y valorar las expectativas y deseos de los otros, todo mientras defienden y persiguen sus propios sueños sin ningunear los otros.
Duración: 30 Minutos.
Público: Niñas y niños de 2 a 6 años.
Espacio escénico: Tres metros por tres metros.
Llegada en el espacio: 1 Hora antes del espectáculo.
Desmontar: 30 Minutos.
Sonido: Si la sala lo requiere la compañía lo traerá.
Ficha artística y técnica:
Autor: Ruth Delgado.
Títeres: Ruth Delgado.
Intérpretes: Ruth Delgado
Producción: Laboratorio de sueños .